Con su espacio entre
los ojos,
su Reina
y sus luces.
La noche.
Con la fruta derramándose
en cada
sueño.
Metáfora
de callejón,
libro abierto.
Perfume del cuerpo
que desea,
instante a las espaldas
de todos los amantes.
Sé,
que mañana
barreré tu rostro
con un sólo movimiento
de mis párpados.
Pero ahora...
soy tu esclavo.
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