Compré dos tazas y
compré también
el recuerdo de las noches
tú te quedaste la taza verde
y yo la del color
de tu nombre
por eso desde entonces
el café desprende
el aroma que dejaste,
sale de la taza y a través de
la ventana dibuja el cielo
dibuja tu labio horizonte
y el deseo
que es el sol
cada mañana
poco importa
que esté rota
de silencio,
yo sigo bebiendo
café en esa taza.
Los aromas permanecen en la memoria y cuando los aromas son intensos, dejan en el aire los recuerdos de una ausencia.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Un abrazo enorme, Francesc.
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