Hay momentos en los que el frío
se hace huella o rincón,
amaneciendo en mitad de la cama
Noches en las que es más difícil
suponer las estrellas( en el caso de que existan)
y una luna fugitiva se afianza
a otro cielo más perfecto,
sin gatos, ni soledades tan humanas
como las nuestras
En horas como esas escribo,
agarrado a la posibilidad
de un amanecer que me distancie
de la herida irreversible del silencio
que amenaza con partirme la razón.
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