Vengo a rendir cuentas
le digo al espejo
sin estar demasiado convencido
Pero quiero aprender a dibujar verdades
con el cuerpo, después de todo
soy este que se palpa
Han pasado las noches
me digo
se fueron entre palabras y azoteas humeantes
hubo calor y frío, poemas, sexo
promesas transparentes
contenidas en cada perfil
que después el día
se encargaba de desmenuzar
El cuchillo
siempre el mismo
ha servido para matar y que me maten
he sido asesino en potencia
que huye agonizante
que atrapa también
en la fina tela de un recuerdo
he hecho cosas terribles en el nombre
de Ares, cosas de las que a veces me arrepiento
podría decir por ejemplo:
te quería y no
por eso miraba un cruce de lunares paralelo
a nuestra realidad de pieles y domingos
y me sentía vivo, tanto
que mordía cada labio que besaba
también por eso de la justicia divina de los hombres
( dejemos claro que de existir Dios, solo vive
entre tus piernas, solo vive entre sus piernas)
me hicieron lo mismo a mí
antes o después
que más da
el orden de las batallas
no
modifica el idioma
Cuánta devastación me digo, cuántos poemas
poemas del hambre, poemas reflejo,
poemas semilla con metralla acumulada, árboles torcidos
poemas como radiografías
de un alma que no termina de serenarse,
pero que hasta las últimas consecuencias
vuelca en cada instante
todo el contenido
sin saber
cuándo será la próxima.
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