El retrovisor
me devuelve la imagen intacta
de la Puerta de Alcalá
la radio del taxi
canta los husos horarios:
son las tres y catorce
del día de todos los santos
lo bueno de habitar la madrugada
es que ya no quedan parejas
en las calles y te ahorras esa parte
que te recuerda que estás solo
en el corazón de Madrid
me da igual este u otro día,
solo escribo frágiles realidades
que se esfuman tan pronto
como digo abril
no soy capaz de enamorarte
empezando por el espejo
que apenas me resalta
así es imposible me dicen
todas mis mujeres pasadas
lo sé
respondo,
pero en mi defensa
alego tres poemas
como puñales de luz
a veces fantaseo con la idea
de besarte los muslos
en cualquier parte,
insistir en la revolución
pero tengo tanta sal acumulada
que el miedo me pervierte
la intención
y vuelvo
a la misma cerradura de siempre
como un hombre dentro
de otro hombre
dentro de otro hombre
dentro de otro hombre
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