Te miro a los ojos como mares,
esos surcos libres de estructuras sempiternas.
Te pienso en cada sien de mis palabras.
Te resumo en las doctrinas de mi sexo
y en cada envite de mis venas.
Te deseo en cada curva de esta noche
que se resume en tus muslos
que resaltan.
Mientras yo, sólo me quiebro.
Rompiéndome del resto
a cada gemido que exhalo.
Soy mucho mas que el hombre que aparento,
en cada intento de quedarme
anclado a tu cuerpo que lo es todo.
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