El humo del cigarro
dibuja sombras en el techo
de la habitación 108
Allí el detective
de homicidios
busca
la causa de
mi muerte
sube y baja la persiana
tantea la almohada
desordena los cajones,
agrupa el silencio
en bolsas de basura
que arroja por la ventana,
dispersando
a los gatos,
devolviendo los nombres
a las calles
y entonces
sólo entonces,
abre el grifo
del agua caliente
y aparecen
las primeras huellas
que te implican
a ti, fugitiva
de mi sangre.
ufff...un film policíaco transformado en poesía...jajaja, me gustaa!!
ResponderEliminarUn beso!