un cúmulo de codos en desorden,
un rastro de hielo.
En el fondo de mi campo de visión:
un corro de palmeras,
un sol cayendo.
Una manifestación de pompas de jabón
bailando
entre el desorden de puestos
donde se venden:
camisetas, relojes, chapas.
Sentado
al borde de mi cuerpo
con el alma destruida.
Voy a jugarme las dos próximas horas,
utilizando el alcohol
como almohada entre dos mundos.
Y escribir,
sólo escribir.
Que viene la noche a boca abierta
y sólo tengo
un corazón
y mis papeles.
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