Quiero dividir mi mente
en once escalones.
Once lágrimas
que resbalen.
Once colores
que proyecten.
Once recuerdos
que recuerden
lo que fui
y que no se va,
lo que permanece.
Quiero soñar
once versos
como espinas.
Once cuerpos
de tus
vidas.
Y amarte allí,
sin límite
de sangre.
A caballo
de mis mejores
voces.
Que le falta tu sexo
a mi cuerpo,
que le sobra garganta
a la noche.
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