Llegó la primavera a este acorde
pero yo sigo
en la misma posición.
Soy un conjunto de pies descalzos
haciendo eco
de tu nombre
a la orilla
de mis labios.
Me pierdo en el verano
de un recuerdo
que me arrastra
sin piedad.
Será que tu ombligo
se tragó
mi norte
y mi norte
no alcanza a equilibrarse.
Por eso ruedo
fugitivo
de mi mismo.
Extraño,
en cuerpo
de nadie.
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