Mirarse al espejo
y percibir el sonido
como una fuente
de recuerdos intangibles
noviembre o febrero
en el Estado del Sol
ese cielo a punto de romperse
como si hubiese un huracán
acechando en el ojo
del verano
llovía fuera
también dentro,
tímidas gotas recorrían
el espacio infinito
que iba desde el nacimiento
de tu cuello hasta mis manos
nos quedamos sin gasolina
el coche se planteaba
no seguir,
como si tuviese
una relación de parentesco
con los días del final
yo no quería verlo
mi mente se resistía
a pesar de la desazón y el vértigo
que mis nervios proyectaban,
como dos parabrisas
que impotentes intentaban borrar
toda esa distancia entre nosotros.
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