sábado, 3 de marzo de 2012

Revolución.

Quema el asfalto,
llueven las deudas,
ladran los periódicos.

Se descompone el presente
en tímidas
partículas de lluvia.

Duele  
el informe diario
recargado
de un  mensaje pésimo y gris.

Duelen los libros de autoayuda
que ofrecen alas de plástico
a Ícaros deformes.

Rebosa
el cuenco del olvido
de ideas reprimidas
a base de palos
o teletiendas.

Estamos en unas manos
que no son 
las nuestras.



Esperanza.



En la piel recién nacida
que cargada de palabras
cuestiona,
grita
y enfrenta
al poder establecido.


Que el mundo se pudre en el alma
de cada político corrupto,
en la saca de un banco y
a la puerta de cada juzgado.


En la mente del poder alienado
que nos calla
y entalla,
como si fuésemos 
figuritas de madera
sin entrañas.

2 comentarios:

  1. Amigo Eusebio, a veces pienso que la revolución es sólo un cambio de personal y vistas así las cosas: de esperanza, poca; más bien ninguna.

    Y continuo, vistas así las cosas: la poesía, a diario, más bien siempre.
    Salud
    Francesc Cornado

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  2. Que razón tienes, Francesc.
    La poesía a diario, mas bien siempre.
    Porque como el título de un poema de Gabriel Celaya "La poesía es un arma cargada de futuro".


    Salud amigo Francesc.
    Un abrazo.

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