jueves, 30 de septiembre de 2010

The Beginning.

A K:

"Porque después de los indicios.
De las marcas en la piel.
Que no son lunares.
Nos queda la vida.
El te quiero continuo.
Y cada vida un nuevo amanecer.
Contigo"


Treinta y dos.
Es un cúmulo.
De notas.
En los márgenes de mis venas.
Es un camino vivido.
Conmigo.
Una constante pregunta.
Una respuesta frontera.
Y que pase el día siguiente.
Que no se detenga la espera.

De la vida.


Y si las sombras reían entre dientes.
Y las musas querian mi muerte.
Yo me levanté a cada solticio.
Como si el verso fuera el camino.

De todo.

Como si supiese mi frente.
Que detrás de la duda.
Estabas tú.
Siempre presente.

En tu rostro mi lado.
Y a cada lado de mi.
Tu.

El cielo tu mano.
Mi mano tu espalda.
El deseo.
Tu labio.
Mi labio.
Tu ropa.

Y sin pulso, se hallaban las horas.
Los relojes mudos.
Las olas alerta.
De tus mares, la vida.
De tus ojos, la senda.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Ciudad Juárez.


Silencio.

Las estrellas refulgían bajo mínimos.
El tiempo se detenía en los desastres.
Y en mitad del callejón.
Él.

Flanqueado por las sombras.
Arrastrando sus talones condena.
Vomitando abortos.
De su ruina, la ruina.
De la muerte, su mano.
De su piel las desgracias.
De su palabra, el homicidio de la luz.

Innombrable.
Despojado.
De cualquier atisbo de sangre.
Frío.

Sus ojos, dos abismos de arena.
Que todo lo tragan.
Que nada se quedan.

Sus manos dos cicatrices.
De amputadas razones.

Sólo la muerte.
Sólo la muerte.


La luna sufría.
En los ojos de la víctima.
Que vencida por el miedo.
Hincaba las rodillas.


Existe el infierno.
De la mano del hombre.
Habita el crimen.
En el vientre de una ciudad, cegada por la desgracia.
Rodeada.
De almas sin dueño.
De dueños sin alma.
Que fusilan a diario.
Cualquier atisbo de esperanza.

sábado, 11 de septiembre de 2010

VIDA.


Vida.
Desde tus ojos.
Desde tus manos.
Desde la vida.

Que se dibuja.
Que se inventa.
Que te acaricia.
Que te alimenta.

En la quietud.
Del rio.
En el movimiento.
De los árboles.
Cuando llega el viento.
Y juega.

Y juega el tiempo
Con tu rostro.
Acariciándote.
Maquillando.
Cada estadio.

Y desde ti.
El mundo.
No es aparte.
Es un todo.
De agua y cielo.
Y en el medio.
Codo a codo.
Con la vida.


Vives tú.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Miedo.

"Porque el miedo es un muro,
un límite que se aguanta,
como una enredadera obstinada,
a cada centímetro de ti.

Cuando es protagonista de tu vida,
es preciso enfrentarlo,
para no morir..."



El horizonte era un párpado semicerrado.
El aire venía amordazado.
No quedaba fuego.
Ni esperanza, sin cielo.
Las navajas recortaban distancias.
La pared era la última salida.
Irónica lápida.
Sin nombre.

¿Dónde están los héroes?
Pensó,
Mientras apretaba las mandíbulas.

Enfréntalo.

Comenzó a silbar.
Dando dos pasos al frente.
Su espalda libre de muro.
Y su miedo sintiendo miedo.
De él.

Destino.


Impaciencia proyectada.
Vida que transcurre.
En el ocaso de tus baldosas.
Y tú siempre atento.
A cada aliento.
Como si fueses el dueño de mi.

No lo eres.

Yo me debo a mi.
A mi latido.
A mi ruleta contigo.

Tú eres el producto de mis descartes.
Porque yo cuando quiero.
Te niego.

Y cuando lo hago.
Abro todos los candados.
De la historia que no me apunta.


Porque yo escribo mi sangre.
Y mi sangre es libre.
De causa y consecuencia.
Libre de atadura de tiempo.

Pero si hay un tiempo.

Un tic tac definido.
De labio sin postigo.
Eres tú.
Mi amor aparte.
De cualquier destino.


Que no sea contigo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

París.


Llueve.
No deja de hacerlo.
Lo dicen las pupilas de París.

Allí.
Bajo la torre siempre amada.
Saltas.
Sin mas techo que un paraguas.

¿Que provoca tu delirio?

El espejo se prepara.
De tus suelas.
Las pisadas.

El camino abierto.

Y abierto tú.
Al salto.
De la vida.

Que se presume.
Del otro lado.
De tu lado.

A fuego del cuerpo.
Ya nombrado.

De sus labios los colores.
Que aquí faltaron.
De su pecho el deseo liberado.



Saltaba,
mientras de sus labios,
se escapaba:


"París se fugó.
A tu ombligo.
Y yo entre lluvia.
Contigo."