sábado, 29 de marzo de 2014

6:21

Triste el amor
que se alimenta de los puños en grito
triste la entrega

perdemos el valor de la defensa
aceptando el precio
con tal de desprendernos
de la metástasis blanca

exponemos la piel y la vida
en ese intento de dos,
aún a riesgo de mordaza

ganamos batallas
entre sábanas

nos creemos
capaces de someter
toda esa violencia

desequilibramos la poética
en un intento
de aferrarnos al cepo,
esclavos ya de un amor corrupto.

jueves, 27 de marzo de 2014

8:08

El mundo sigue
se suceden los cielos
como matices
de un espacio en blanco

se repite el ocaso
como un poema desgarrador
y totalitario

a veces lo miro
la mayoría de veces no

podría quedarme ciego al comprobar
la desolación de esta tierra barrida
por el tiempo y la distancia,
ejes paralelos de un dios menor

¿ recuerdas?

tu cabello rubio oscilaba
como una bandera de luz
cuando caminabas
como una legión de primaveras
reduciendo mi sombra

hacíamos el amor
sin necesidad de futuro
como dos desahuciados
que se buscan los lunares

nómadas salvajes
suicidas lentos
éramos.


martes, 18 de marzo de 2014

6:58

La poesía es tan inmensa
que solo cabe
en el diámetro
de un lunar

lejos de grandes convocatorias
libre de las esquirlas de micrófono prime time

proyecta en esencia

es
el ritmo que se alimenta
del fondo
por descubrir
en el breve espacio de la vida.

lunes, 17 de marzo de 2014

15:40

Una silueta intenta
subir al vagón
justo en el momento en que se cierran
las puertas

observo desde dentro
a medio camino
entre la vigilia y el sueño

freno el torrente de imágenes

un grito se eleva por encima de dos mundos:

¿ cuántos trenes o labios he perdido ya?

¿ adónde me dirijo ahora?

sábado, 15 de marzo de 2014

6:48

Como en la escena
del restaurante
de la película Heat
en la que Pacino y De Niro
nunca llegaron a mirarse

a veces
solo
coincidimos
en el poema.



viernes, 14 de marzo de 2014

10:00

Reunión
sonrisa
cuento

falsedad
combate
números como puntos ciegos

nos levantamos de las sillas
con esa expresión de novela
por entregas

y ya fuera
os digo:

estoy aquí
os veo

no me contéis
no soy un número rígido
quiero
que se me valore

estoy harto de veros engordar
mientras yo me juego el futuro o la nada.


y me decís:

juega tus bazas
amenaza

vete a la calle
entonces quizás
en el último segundo
te dejemos volver
ofreciéndote un traje nuevo.

martes, 11 de marzo de 2014

11 M

Aquel once
estaba yo entre sábanas

el día anterior había negociado con Marta,
una mulata preciosa con la que había comenzado a salir
que me quedaría a dormir en su casa

por aquel entonces yo iba por la mañana a la facultad
y por la tarde tenía un curro de jornada parcial,
ella estaba en paro

los planes iniciales pasaban porque ella tenía que ir a la universidad
a recoger los papeles de la graduación y yo a clase,
mismo horario que los trenes de la muerte

pero la pasión del inicio
nos hizo aparcar las obligaciones
por un día

recuerdo cómo comenzó a filtrarse el sonido de los coches de policía
y las ambulancias a través de la ventana de ese piso de entrevías

Marta se giró y me besó la espalda
mascullando: vaya, cada vez empiezan más temprano las revoluciones

y es que en ese punto en el que estábamos
la vida era eso: amor y revolución, ganas de comernos

aprovechando el desvelo
me vestí y bajé a por pan,
mientras Marta preparaba el café para el desayuno

fue entonces cuando la realidad me golpeó con su ladrillo más certero

ha estallado una bomba en el pozo
número de muertos sin confirmar

el sudor frío
caía como una gota de ruido
desde la sien
atravesando el cuello
hasta morir en el ombligo

pagué
como un autómata
sin contar las monedas,
corriendo
hasta llegar al portal

subí las escaleras de tres en tres
hasta llegar a la puerta semiabierta

entré como una exhalación
con la intención de llamar a mi casa
desde el teléfono fijo primero, luego desde el móvil

no había línea
no había línea

la vida y las comunicaciones
se habían interrumpido

abandonado
el pan encima de la mesa,
litros de café como agua
de la taza a los labios, nerviosismo

hasta que finalmente pude hablar con mi madre
y supe que mi hermano
esa mañana no había ido a la facultad

pudimos ser
cualquiera de los tres
uno de los cientos.


sábado, 1 de marzo de 2014

10:00

Hoy desperté como
si hubiese sobrevivido a la batalla
de Sekigahara,
la almohada y los brazos
llenos de sangre

sin duda sangro luego sueño
escribo,
no recuerdo lo que pasó anoche
quizás de una vez por todas
planté cara al monstruo
y no pudo conmigo.