miércoles, 8 de mayo de 2013

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Venir aquí
ser la voz del poema: yo.

Arquitecto de una emoción
que nace desde el ombligo
hacia arriba

La noche existe,
es un paraguas brillante
que proyecta
todo aquello que puede llegar
a suceder

Como una nota de piano
que desata el eco 
de un latido

Podría dibujar el contorno
de la mano izquierda
de la mujer
que me dicta el poema sin saberlo

Escribir 
es acariciar con la mirada
ese momento.


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