domingo, 24 de noviembre de 2013

4:55

Anochece
y no,
el cielo es una ventana

Tu rastro sigue en mí
como el ombligo
que nunca se borra

Destrozo las sábanas
y caigo por el hueco

La ciudad es un compendio
de balas baldías

En un último acto de esperanza
camino de espalda
retando a los semáforos,
como si morir fuera posible
dentro del sueño.

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