domingo, 12 de diciembre de 2010

Rompiendo Cadenas.

Las manos juntas.
Como dos ruegos en uno.
El gesto fruncido.

La lengua sin savia.
Las ropas sin alma.

Sólo.

Ríen los Dioses.
Ignorando el peligro.
De arrinconar a Perseo.

Que indomable, vomita.
Motivos de sobra.
Para arrancar a gritos,
las voces que callan.

Respira la tierra.
Mientras se recupera el canto contiguo.
De los hombres.
Que la pueblan.


Epílogo:

De Perseo estamos llenos.
Es nuestra llama.
La que nos condena y nos apaga.
Por mas que las voces delirantes.
De poder.
Nos hagan sentir miedo de "algo".
Desenfocando nuestras pupilas.

No.

No hay mitin posible, ni misa mediante.
Ni Entente Cordiale.
Ni falsa modestia.
Ni pan, ni circo.
Ni demonios malvados.


Nadie puede modelarnos.

Somos nosotros.

Somos HUMANOS.

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