A veces me gustaría salir de mis ojos,
descansar de mi,
habitando otros espacios.
Descalzarme de corazón y ritmo,
reposar cada pausa.
A veces me gustaría terminar de sufrir
desde mi atalaya.
Yo, maldito de antemano,
henchido de soledad y naufragios.
Víctima de mi propia ponzoña
diana de todos mis arcos.
Dicen mis huellas
que necesitan volver a latir.
Encontrarme
por fín,
mas allá de las torres ingobernables.
A mi a veces tambien me gustaría salir de mis ojos y descansar de mí.
ResponderEliminarBuenísimo Eusebio, me ha encantado, un beso grande
Muchas gracias, Ana.
ResponderEliminarUn beso grande :)