domingo, 27 de noviembre de 2011

Estampa.

Madrid era un cruce
de versos,
una noche desbordada.

Una dama
que te robaba los labios.

Toda luces
y cientos.

Su cuerpo
era un destino abierto y prohibido,
la suma perfecta
de calles, teatros, historias.


Naciendo
siempre
a la memoria.

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