martes, 5 de marzo de 2013

5:33

Es noche cerrada en la
fragua que me devuelve
a una pupila anterior

Eres
la mujer de mis brazos, tiemblo

La tierra se fractura en
colchones de olas, mar
que fue vino y que ahora
oxigena tus talones

Estatua de sal,
tu nombre
se desdibuja paralelo
a un Dios inaudito

No quiero perderte
todavía,
espera que termine de
sacudirme
este cuerpo que solo
se arrodilla


El cielo se ajusta
a minuto, 
la imagen tiembla en
la costilla fracturada 
del último recuerdo

Vuelas, duermo

Te pierdo en la rutina
de mi brazos abiertos, 
en el negativo
que no sabe encuadrarse,
buscarnos
otra salida a este suicidio
de voz que solo
vomita silencio.                

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