A K:
"Porque después de los indicios.
De las marcas en la piel.
Que no son lunares.
Nos queda la vida.
El te quiero continuo.
Y cada vida un nuevo amanecer.
Contigo"
Treinta y dos.
Es un cúmulo.
De notas.
En los márgenes de mis venas.
Es un camino vivido.
Conmigo.
Una constante pregunta.
Una respuesta frontera.
Y que pase el día siguiente.
Que no se detenga la espera.
De la vida.
Y si las sombras reían entre dientes.
Y las musas querian mi muerte.
Yo me levanté a cada solticio.
Como si el verso fuera el camino.
De todo.
Como si supiese mi frente.
Que detrás de la duda.
Estabas tú.
Siempre presente.
En tu rostro mi lado.
Y a cada lado de mi.
Tu.
El cielo tu mano.
Mi mano tu espalda.
El deseo.
Tu labio.
Mi labio.
Tu ropa.
Y sin pulso, se hallaban las horas.
Los relojes mudos.
Las olas alerta.
De tus mares, la vida.
De tus ojos, la senda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario