Escribo
cuando amanece
cuando la vida es aire y las puertas abren.
También cuando la venas duelen
y los charcos cubren los instantes.
Escribo a mis pupilas, a mis ojos, a mis letras.
A los cúmulos de arena en el monte del olvido
a los gritos de los sueños
al abismo.
Escribo a la vida
apuntando a los relojes
que la muerte no nos viste
si acaso nos posterga.
Escribo desde el alma
que no puede resumirse
tan sólo impulsarse desde mis huesos.
Los que utilizo de columpio
cuando camino entre ojos presentes
cuando beso cada cielo de tus manos.
Escribo,
solo escribo.
¿Y cómo escribes Eusebio?, con el alma en cada letra y la sangre hecha verso, con el vuelo de la pluma en cada hueco de tu vida y el eco de tu sentimiento corriendo libre por tus venas...Vamos, más castizo: ¡Que escribes de " " madre!
ResponderEliminarAbrazo grande.
Gracias, Tomás.
ResponderEliminarUn abrazo grande, hermano poeta.
Lástima que siempre ando cortita de tiempo. Descubrirte ha sido un lujo. Me encanta.
ResponderEliminarEl tiempo es un impostor y un canalla.
ResponderEliminarYo también miré los puentes de tus letras y me gustaron mucho tus espacios.
Un abrazo,Ana.
Y como me gusta leer tus poemas, es todo un honor, precioso poema
ResponderEliminarUn saludo Eusebio.
Un saludo, anónim@..
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