jueves, 24 de abril de 2014

8:05

Es jueves
y sol
la mañana se filtra
a través de una fina lámina azul

camino despacio
como si dudase
entre sueño o ciudad

se abren las puertas
del ascensor del metro

somos cuatro

no, espera
una chica viene corriendo
a lo lejos

llega una chaqueta de entretiempo
un jersey color cielo, leggins
y unas botas con cristalitos incrustados

bloqueo la puerta
me da las gracias
con la media sonrisa
a punto de romper

se sitúa de espaldas a mí
su pelo es un universo
en movimiento,
un rizo que llama a otro rizo

ese olor

creo que no necesito café
ya estoy despierto
mis hormonas lo deciden
en apenas dos segundos

se aleja, camina, corre
el metro está llegando

yo prefiero dejarlo
a la incertidumbre
y
entro
en el último segundo

está de pie
en medio del vagón
concentrada
leyendo un libro
de Federico Moccia

me descuadra
no sé que pensar
hubiera imaginado
cualquier otro libro
menos ese

me pellizco la cara
mientras en algún lugar
Mario Casas se ríe de mí.


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