Todo en su sitio,
cada callejón,
cada esperanza.
Los posos de café oscilando,
las ventanas latiendo,
el pulso de las sombras
en continuo movimiento.
Una almohada desahuciada,
dos cuerpos sin vida,
las fotos en los marcos
y en cada espejo la huída.
Precioso Eusebio.
ResponderEliminar... y en cada espejo la huía.
muy bien.
Salud
Francesc Cornadó
Muchas gracias, Francesc.
ResponderEliminarAbrazo.