miércoles, 30 de mayo de 2012

The Guardian.

El mástil del cielo
sigue allí,
sujetando cada piel
y cada sueño.

Estructura sempiterna
al margen de cualquier
Dios,
inmune a los pájaros
de la noche.

Libre del gobierno
de los hombres ciegos,
resume en cada siglo
la sangre del profeta.

Se alimenta
de  la savia de la tierra,
del incendio de la tarde,
de los mares de las olas.

Ajeno al tiempo
y a sus leyes,
sigue incitando
a los poetas.



2 comentarios:

  1. ¿Donde se apoya el mástil? ¿Cómo son sus cimientos?
    Este arquitecto que siempre busca los estratos firmes donde apoyar las estructuras piensa que el mástil debe apoyarse en la belleza.
    Salud
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
  2. Y piensas bien, Francesc, allí debería apoyarse siempre.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar