jueves, 14 de abril de 2011

XIII

En mitad de la noche,
 inyectada de silencio.
La luna replegó sus fronteras.


Quimera.
Color.
Pausa.


Abertura.


Y la (música) se propagaba,
bajo los efectos de caballos alados,
sin montura o misterio.


Sólo  tus ojos.
Seguían la danza.


Tú,
que ocupabas los espacios vacíos,
en ese instante,
o universo.


En ausencia de todo,
y de todo colmada.

Entregada.



Siendo,
mi cuerpo y mi alma,
vida rescatada,

por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario