De la noche sólo queda el milagro,
de tu cuerpo a mi lado.
Del primer rayo de la mañana,
mis ganas,
de besarte los párpados,
de agarrarte las manos.
La fragua de nosotros,
no entiende de mañanas,
ni de noches,
sólo se aplica a derroche,
de portales abiertos,
de tu cuerpo al mío.
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