A veces me derramo
sin motivo.
Pierdo el alma por las manos,
se me escapa.
Y ya no canto,
simplemente observo
el cenicero.
Ese cúmulo de horas o recuerdos
presentes,
símbolos ardientes
del pasado.
Ahora que (me) caigo,
pienso en mis ojos
de ti.
En tu cuerpo
hecho a moldes
de mis labios.
En la vida o entreacto.
En lo que perdemos a diario,
que es tanto,
que ya no sumo
ni resto,
sólo sangro.
Es precioso, verdaderamente precioso, tanto y tanto se pierde a diario y es imposible recuperar.
ResponderEliminarUna vez más enhorabuena Eusebio es un poema estupendo, un beso
Muchas gracias, Ana.
ResponderEliminarBesote :)
Que bello y sublime. Perfecta composición sin exagerar el tema.
ResponderEliminarMe ha conmovido.
Saludos
http://visceral-genetticca.blogspot.com/
Me gustó mucho visceral-genettica. Te sigo, un abrazo.
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