miércoles, 27 de octubre de 2010

El ocaso de Don Quijote.


Un hilo de sangre corre por su frente.
Peor es la herida de su mente.
La vida viene a espadazos.

No se detienen las manos.

Que apuntan.
Que señalan.
Que abusan.

De ese anciano.

El yelmo le viene grande.
Ya no hay Sancho que aguante.
Este verso de vida.
Esta locura sincera.
Esta mañana sin guía.

En el horizonte el molino.
Desafiante.
Con su recortada en la mano.
Apuntando a muerte.
Sin restos de humanidad en los brazos.

"Andamos faltos de locos."
Dice el músico de la esquina.
Mientras observa la lucha desigual, de Don Quijote.


Contra el mundo de prejuicios.
Que azota.
Que corta.
Que encasilla y mata.
Al que no es igual.



Ni tan siquiera le dieron la oportunidad.
De contar una batalla.

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