viernes, 5 de noviembre de 2010

Skin.


Lluvia de dedos refugiados.
En el ocaso de tu cintura.
Remate de locura entre dos fuentes.
Que manando vida.
Hacen cruces a la muerte.

Envite de hermosura colgando.
Labio afuera de tus piernas.
Entrega de savia.
Rumor de hierba fresca.

Relámpago intacto entre dos mares.
De tempestades se visten tus pulsos.
Mientras socava en tus venas este navío.
Sin vela, ni arco previsible.

Sólo el deseo imantado.
De penetrarte a pesar del cielo partido.
Sobre los hombros.

Y te nombro.
A cada final de los finales.
Cuando el cielo eyacula estrellas.

Será que sólo me siento parte de este mundo
En ese momento.
De nosotros.

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