
Diferente.
El chico se late diferente.
Desde la punta del pelo.
Hasta el dedo.
No lee los periódicos.
Dejó de interesarle la actualidad masticada.
Su poso es un poco de libros.
Y una mezcla de su cabeza.
Pariendo razonamientos cada momento.
Su prisma es una imagen múltiple.
Una suerte de pentagrama de música y sangre.
De historias superpuestas.
Siempre caminando al borde de la locura.
A veces le duele el pecho.
¿Será una enfermedad congénita?
O la certeza de carne de cañón.
De cromosoma inédito.
Es tan extraño el mundo a su alrededor.
Que algunas tardes se entrega.
Entre presiones de un corazón emergente.
Que quiere saltar hacia afuera.
Tantas preguntas sin respuesta.
A veces se siente mascara.
O sombra chinesca.
O portal sin acera.
Le sobran las palabras.
Porque no hay idioma posible.
Ni karma caliente.
Que serene su muerte.
La vida es un parque temático.
Y él es tan real.
Que se rompe en añicos.
No todos somos iguales, ni vivimos la vida del mismo modo, pero intentamos vivirla, lo que supone llegar a toda esa clase de emociones, incluso a la caída que supone la bajada de la montaña rusa y el caer, rompiéndose en añicos.
ResponderEliminar¡Buen blog!
Un saludo:
V
Gracias!!!!
ResponderEliminarUn abrazo V