Sonríes en todos mis enfoques,
como si sólo hubiese ese prisma,
del mundo.
El de ti.
En todas las ventanas del pecho que tengo,
y que se sostiene libre de tiempos,
de viento.
Sólo contigo,
labio adentro,
de mis labios.
Eres,
fuego eterno,
de mi cuerpo.
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