jueves, 6 de enero de 2011

The land of us.


El destino es un ojo de halcón,
un instante de amor,
entre el parto de la tierra,
y las aldeas volantes del cielo.


Un cenicero,
que sólo alberga espuma, aliento y semilla,
un foco de luz,
en el que el Demiurgo hace sombras chinescas.


Un guisante rojo,
un grano de arena,
una porción de labio sin cuerdas.


Un firme sentencia,
cuando suenan trompetas de hazañas,
y sobrepasan los límites las cuencas,
de los ojos de los niños triunfantes,
que plantan banderas eternas.


Un matiz de tu pecho,
un cúmulo de gigantes de cuentos,
una pluma intacta,
de aventuras por sangrar,
en esta orilla del río,


CONTIGO.

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