domingo, 30 de enero de 2011

Violence.

Partió la mesa en dos.
De ira ardían los resortes astillados.

Silencio.
Como única protesta.


Lloran las huellas corrompidas.


Las manos juntas del pequeño.
Tragando lágrimas.
Muerde labios entre tanto.


Mientras el mayor se pregunta.
¿A quién admiro yo?
Si mi padre revienta los altares.
De mi canto.


La madre asume todos los daños.
Administrando morfina de brazos.
En grandes cantidades.


Mientras el padre sale a hombros.
De su plaza de vítores de egos malparidos.




Aquí no mandas tú ni nadie.
Si no eres capaz de ser libre.
No amordaces a los que quieres.

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