No existe el cielo.
Tampoco el infierno.
Olvidemos los dogmas.
El porqué.
El cuándo.
La norma.
No hay consuelo teñido de sangre.
Ni pistola de flores.
Aquí.
La ley del Talión.
Es el talón fracturado.
Del argumento esgrimido.
Porque una muerte no devuelve la vida.
Ya perdida.
No se fabrica el futuro restando.
Ni es tan sencillo.
Aplicar el castigo.
¿Quién es el criminal?
Si argumentamos matando.
Si pensamos cómo y cuando.
Poner la cruz.
A quién creemos culpable.
Dioses seguros, nosotros.
"Ojo por ojo" no es mas que otro eslabon a la cadena de violencia.
ResponderEliminarAsi es.
ResponderEliminarEl ojo por ojo, no puede ser ningún fin aceptable.
Un besote :)
Lucha y reivindicación en tus poemas ahora Eusebio, me gustan, el ojo por ojo nunca sirve de nada, solo para generar mas violencia.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por tu comentario, Ana.
ResponderEliminarAbrazo :)