domingo, 23 de enero de 2011

Sueño, luego elijo.

Cae Ícaro,
poblando de rodillas el horizonte,
consiguen los charcos,
mas de lo que se proponen.



Pero de rebeldes están las gargantas llenas,
y gritan,
y sueñan,
los dedos apuntadores.


Elevando en historias,
sublevando memorias,
pujando a labio partido.



"No te lo llevas, Caronte"

2 comentarios:

  1. Esperemos que no se lo lleve. Pujando siempre a labio partido, como joven boxeador pisando por primera vez la lona.

    ResponderEliminar
  2. El alma de los irreductibles.

    Me gusta mucho esa imagen de joven boxeador.
    Y por cierto, me gusta mucho tu blog, M.

    Icaro es una constante en mis escritos, llevo ya muchos siglos "entendiéndome con él"

    ResponderEliminar