La calle nos devolvió
cada arranque,
cada letra.
Y después nos envolvió
como en prenda.
Y cada árbol nos protegía
de las sombras de los hombres.
Y cada espada salía de la tierra
pero la punta no era afilada,
si acaso simiente
de vida o estrella.
Y el cielo era mi palma,
y las palmas de los niños que soñaban.
Y la vida era lo siguiente,
o eso decían las madres
que nos parían de frente
y sin mirar a los lados.
Éramos mucho mas que palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario