Son las dos,
(y esto no pretende ser un poema.)
Quizás un ajuste de mi boca al delirio,
un jardín de motivos que nombrar(te)
en este diario a diario
que te resalta.
A ti.
Que eres confín o destino,
caracola sempiterna
de un rumor de ola que me abraza.
Y me invento después de mi
resaltando palabras
que juntas te aguarden siempre.
A la vuelta de la esquina de mi deseo
que te desea a cualquier hora o vida
que nos tiña del color que tu quieras.
A tu vera,
que ensancho y me alargo
los años que vengan.
Para colmar de mis manos
todos los caminos de tu piel que es el mundo
a mis venas.
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