Desnudo,
todo boca
te nombro.
Amaneces.
El tiempo es una sutura
a simple vista.
Las persianas de la vida
multiplican los contornos.
La música es un viento esquivo,
caricia que intuye cada latitud
de un cuerpo,
de tu cuerpo.
Mis ojos son la parte indispensable
de mi historia,
el corazón mío
un cometa enloquecido.
Y este instante
es todo lo que tengo,
un universo entre los dedos
que me nacen.
Eres un caudillo, amor, un tirano sanguinario
ResponderEliminarque no te basta con los grilletes de hierro al rojo vivo
que me deshacen los tobillos. Me anulas con engaños
y con la falsedad de venenos y filtros mágicos.
Ya no pienso. Sólo babeo, necio,
bajo el dominio mórbido de un sufrido claro de luna
y ahora me haces creer que el temblor de los miembros
es superior a la libertad perdida.
Mira que te digo, escucha, cuervo de mal agüero:
el dolor es mucho más cierto que tu vuelo apagado
que amenaza la alondra, el mistral y la luz,
y el entendimiento nunca gana en nobleza
por tus penurias, que me estimulan, sólo,
un inútil exceso de sufrimiento y bilis.
Salud
Francesc Cornadó Estradé
Y ahora que digo Francesc....
ResponderEliminarGracias!!!
Abrazo.