sábado, 5 de junio de 2010

A tí.

Hoy dejo que el tiempo peine mi espalda.
Que el viento descorche mis límites.
Que el pecho se abra a tus fuentes.
Y que se despeje el camino hacia ti.

Porque hoy te miro de frente.
Sobra decir tu nombre.
Me lo guardo para mi.


Pero de sobra sabes que esto va por ti.

Cuando me veo en tus ojos.
Cuando me pierdo en tus palabras.
Cuando navego en tu sonrisa.


Hoy quiero decirte que cualquier imagen de mi:

Niño.
Joven.
Viejo.

Se hubiese prendado de ti.

La vida es un espectáculo del tiempo.
Una sucesión de cielos.
Un cúmulo de desconciertos.
Pero a veces también es un milagro.

Porque normalmente las cometas.
Vuelan lejos.
Vuelan cerca.
Pero nunca enredan sus cuerdas.

Pero yo me enredé a ti.


Como si fuéramos gemelos de alma.
En todas las edades.
Como si te conociera de ahora.
Como si te conociera de antes.


No me hace falta tenerte a mi lado.
Porque tu alma supera siempre el tejado.
Que el miedo instaló a mi alrededor.

Siempre estas.


Y recurro a tus milagros.
Cuando los monstruos cercan mi cama.
Arrinconando mi alma.

Pienso en ti.
Y se disipan las dudas.

Porque eres mi alma.
Mi amiga.
Y sonrío desde tu lado.
A la vida.

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