Nueve años.
El cielo es una incógnita.
Mientras navega entre sueños.
Este mundo es un lugar limitado.
Para él.
Que vive otras vidas.
Desde que despunta el alba.
Su primera sonrisa.
Es tan fácil soñar, piensa.
Mientras advierte como el resto no vive.
No elige, no vuela.
¿Por qué son así los adultos?
Son las siete de la tarde.
Frente al reloj.
Esperando a su padre.
Hoy va al cine.
De su mano.
Dos horas.
Para soñar.
Para vivir.
Para forjar.
Una relación mas allá de las palabras.
De los gestos.
De las manos.
Porque este mundo siempre fue un pretexto.
Un tobogán.
Para volar lejos.
Principito.
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