
El tiempo continúa denso.
Al labio le sobran dos argumentos.
El solsticio de verano.
Se quedó encerrado.
Entre mis manos.
Y yo que no sé donde partir.
Si al sur de tu reflejo.
O al norte de mis recuerdos.
Quizás opte por reinventarme.
Entre acordes y desacuerdos.
De mis careos.
Con el otro cuerpo.
Víctima.
Del encierro de los espejos.
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