miércoles, 23 de febrero de 2011

Shield.

Sin refugio en los portales.
Ni respiro en los diafragmas.
Suelo.
Fajarme.

A pedradas con los tejados.
De los asuntos cotidianos.
Mientras afloran mis demonios.
Verdaderos.

Los que me muerden por dentro.
Cuando las luces se apagan.
Y me matan despierto.


Pero,
mientras agonizo entre mis hombros,
enmiendo mis cauces,
sacrificando mi llanto,
en cada detalle.


Que me sobra la carne,
y los sueños,
si no puedo,
mirarme al espejo.


No me atormentes,
espíritu errante,
miedo de mis miedos,
cruz de mis labios.
Insigne tormento.


Que yo me bajo,
en la siguiente orilla,
para tomar carrerilla.
Y negarte,
en todas mis costillas.

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