lunes, 14 de febrero de 2011

A ti.

Desde el fin del mundo...


Allí donde las horas mueren,
entre remolinos,
de todos los lugares.


Te miro.

Por encima de todas las paredes,
resentidas,
cabalgando entre mis huesos,
apuntando a todas mis partidas.


Desde aquí.

Donde ya no hay límites.
Que resguarden.
Mis ansias de explotar.
Todas las palabras acumuladas.

Entre años,
de escribirte.

A ti.

Que eres resumen de todas las preguntas,
de mi frente,
cabo suelto de mi ombligo,
sintagma nominal de mis recuerdos.

Tú,
que siempre vuelas,
por encima de todos mis destierros.

Mar adentro de mis flujos.
en silencio.

Como si no quisieses desnudarme,
de mis costillas,
que ya sólo saben recostarse,
entre sístoles dibujados,
de tus pupilas.

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