martes, 1 de marzo de 2011

La Eternidad nos recuerda.

Todos los martes
los peces boquean,
y no por falta de sangre
o de soles

Ya que ni por encargo
viene la muerte
a lavar las branquias de deudas

Por eso sigue el río fluyendo
sin pararse a recordar,
de diques sus sienes

Las mismas que laten sentencias,
a quien libre de tierra y augurio
se deja llevar por el curso


Y de cursos
sacaba yo exposiciones
de tus piernas,
de esa carne tan tuya
que exhalabas


Cuando sólo quedabas tú
en cada corriente
de mis ojos.

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