sábado, 24 de octubre de 2009

New York

Son las 9:00 de la mañana de un nuevo día, el sol se filtra por las persianas, porque nunca pide permiso para entrar. Suena la cafetera avisando de que su vientre rebosa, es un llamamiento, una invitación. Como si no le bastara con su grito, también seduce con su olor, porque la mezcla de café y agua obraron el milagro, y ahora se siente protagonista de esta hora temprana.

Arrastro mis pasos atraído por el olor, y poco a poco se van encendiendo todas las luces de mi alma, los pensamientos comienzan a tomar forma en mi cabeza, y las imagenes de " New York I love you" se suceden, mientras taza en mano me sirvo un poco de café.

Me gustó mucho la película, el mosaico de historias, la fotografía, la música....me gusta Natalie Portman, me gusta la sonrisa maravillosa de Natalie Portman, me gustó Nueva York.

Así que mientras remuevo distraido el café cucharilla en mano, imagino, y mi sueño despierto me lleva de la mano a la quinta avenida, y mientras mis ojos poco a poco van asimilando la nueva situación, un taxi para en mitad de la calle y una chica se baja.

Me encuentro en la calle mas cara de Manhattan, quizás podría exagerar y decir que es la calle mas cara del mundo. Pienso esto, mientras al otro lado de la calle, observo que la chica que llamó mi atención, tras pagar al taxista, espera paciente a que el semáforo se ponga en rojo.

Va a cruzar hacia mi, quizás ella no se haya fijado, quizás no me haya visto, pero como yo estoy en mitad de un sueño y en los sueños las posibilidades se multiplican, fijo mis ojos en ella y espero el milagro.

Tiene el pelo largo, morena, gafas de sol, labios carnosos, tiene un lunar en la mejilla y esta hablando por el móvil. Viste un abrigo de color crema y botas altas, y al ver una bufanda enrollada en su cuello, imagino su olor.

El semáforo cambia de color, y el tiempo se ralentiza al son de sus piernas, el pelo le cae por los hombros y cada movimiento de sus caderas es una invitación. Termina la conversación y mientras desliza la tapa del móvil, me mira, es un instante, menos de un segundo en el que se encuentran su mirada y yo.

Paralizado, subido al bordillo y devolviéndole la mirada, tan sólo quedan unos segundos para que llegue a este rincón, al otro extremo de la calle, a donde estoy yo.

Meto las manos en los bolsillos, y mi torpeza hace el resto, cuando, rueda por el suelo una guia en español de Nueva York. Todo sucede muy rápido y antes de que me de tiempo a agacharme y cogerla...su mano me la ofrece. Miro atontado sus dedos agarrando la cubierta del libro, y poco a poco mi mirada va escalando por su brazo, su hombro, y desemboca en su sonrisa, una sonrisa enorme....¿ What are you doing here? ¿ Where are you from?

Al escuchar sus dos dos preguntas, se dibuja una sonrisa en mi cara y se incendia mi ilusión, esto puede ser el comienzo de una bonita historia, una historia de Nueva York....

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