sábado, 7 de noviembre de 2009

Help

Se desata una tormenta, la lluvia oculta las lágrimas, la tristeza es la cara oculta de la luna, esta ahí, escondida, expectante, esperando acontecimientos que desaten sus manos, deseando ser libre, amparada por esa causa perdida, ese amor imposible, ese dolor sordo que acompaña una pérdida.

Algo se rompe y rasga la caja torácica, provocando un sonido metálico, es el principio, la primera señal.

Se descompone el puzzle de los sentimientos, se disloca el alma, revientan en miles de pedazos los recuerdos, y esta sustancia gris se propaga por las venas, en un viaje ascendente desde el corazón a la garganta.

Las nubes se acumulan en el centro del corazón, y cuando ya no hay espacio, cuando el mapa de isobaras es un monstruo gris, la tristeza se materializa.

Y lloras, las lágrimas resbalan por tus mejillas y sientes alivio y pena a partes iguales, como cuando aplicas alcohol a una herida abierta.

Cualquier cosa puede ser el detonante, una canción quizás, una melodía que sintonice con el centro del mapa de tus sentimientos, que abra de par en par puertas que creías cerradas, recordando historias olvidadas a las que habías puesto final.

Porque ayer una canción te taladró profundo, y tan hondo llegaron sus estrofas, tan afinadas sus notas cortaron cada centímetro de tu memoria reciente, que surgieron a borbotones partes del alma que creía ocultas, y aturdida gritaste alto y fuerte: Help , I need somebody.... y esta es la historia de cómo una canción, salvó la nube de recuerdos provocados por otra canción.

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