lunes, 23 de noviembre de 2009

Sad Melody

La noche planea a sus espaldas, mientras camina distraido por una tormenta de pensamientos, de imágenes repetidas que circulan por su mente, son las lineas argumentales de este lunes de noviembre.
Saluda con gesto tímido a un vecino que se cruza en su camino, acelera el paso, no quiere detenerse en una conversación tribial, en un intercambio de palabras políticamente correctas, insustanciales, grises,como el pavimento que se despliega ante sus pies.
Siempre recorre el camino que separa la boca de metro de su casa con celeridad.
Ya en casa, rescata una cerveza de la nevera y activa el buzón de voz del teléfono: cero mensajes, la voz artificial al otro lado de la linea, le confirma que sigue viviendo en Marte.
Y entonces se prepara para el momento mas esperado del día.
Sentado frente al piano, desata los brazos, sintiendo un hormigueo que le baja desde el cuello hasta la punta de los dedos, son punzadas de inspiración.
Latigazos que acuden en oleadas a la boca del estomago, y le impulsan a recorrer las teclas, en un movimiento frenético.
No necesita pentágrama, porque es su vida lo que va destapándose en cada nota.
Ella lo ocupa todo, esta en todas partes, en cada rincón de su mente, imágenes superpuestas de su sonrisa, de sus labios, de su pelo...imágenes rescatadas de un pasado reciente, en donde sus manos resbalaban tocando aquella sinfonía, donde las notas eran caricias, donde aquel cuerpo de mujer, era el instrumento musical mas bello del mundo.
Y en mitad de la noche la evoca, intentando acortar en un frenesí de notas repetidas, la distancia que les separa....aquella linea atemporal y eterna que separa la vida y la muerte.
La luna testigo mudo, derrama una lágrima, que se convierte en estrella.

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