martes, 22 de septiembre de 2009

Compendio de desamor

Amor Efímero.

Quizás fuiste tan sólo un sueño de verano,
Una quimera dibujada, un oasis del destino,
O una sobredosis de amor en tiempos de guerra,
Un ideal, una locura, unos labios que besar sin censura.

Una nota celestial en mi pentágrama,
Un te quiero eterno, unos labios sin despedida,
Un cuerpo que me amo sin medida,
El acicate de mi corazón en llamas.

Por eso tu recuerdo sobrevive,
A diluvios y tempestades,
Porque desde que te fuiste,
Mi alma se rompió en mil mitades.

Apátrida.

Noche de luto, la luna renuncio a su pregón,
Fue la noche mas larga de la historia,
Aquella en la que perdí el rastro de tu corazón,
Huérfano de un te quiero, apátrida sin ti.

Tu ausencia se trago la primavera,
Tiñendo de melancolía mi jardín,
Días eternos, noches sin fin,
Y todavía me queda la vida entera.

Contigo se fueron mis labios,
Mi fe, mis ganas de besar,
Mi vida y mi muerte de la mano,
Juntas hacia ningún lugar.

Corazones extraviados.

Corazones extraviados en la senda del tiempo,
Consumidos por la metástasis de la soledad,
Ávidos de caricias en medio de la tempestad,
Amarran sus esperanzas a los cantos de sirena.

Y sus almas desnudas se abandonan a la locura,
Al desgarro de los amores pasajeros,
Aquellos que nunca dicen te quiero,
Sin mas esperanza que la noche estrellada.

Quizás perdieron el norte en mitad de la batalla,
De los amores imposibles, esos de rompe y rasga,
Que propagan la tristeza como una plaga,
Que golpean primero y nunca terminan de cicatrizar.

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