Salgo del portal, en algún punto del firmamento el sol ya ha salido a escena, pero sus rayos son tímidos, las farolas de la calle están aún encendidas y ello da al paisaje un aspecto onírico...parece que soy parte de un sueño.
Cruzo la carretera y el paso de cebra brilla, me cuesta discernir realidad y sueño, y me da la sensación de que en cualquier momento va a suceder algo extraordinario.
Y miro alrededor, buscando señales.
Suena una canción, la voz suave y aterciopelada se expande a través de la mañana,
no es una canción es una flecha, es una metáfora eterna, un déjabu..porque la voz que suena, y resuena y se hace inmensa y ocupa todo el espacio, habla de ti.
En cada estrofa estas tu, como si la letra la hubiera escrito alguien, que te estuviera observando con mis ojos.
Cada nota de piano, cada retazo de voz, cada acorde, cada verso, son las ascuas que provocan el incendio de la mañana y da comienzo un nuevo día...
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